
No puedes jactarte de tener unas típicas vacaciones menorquinas sin haber probado su famosa bebida, llamada la pomada menorquina. Y, si quieres redondear la experiencia y vivirla en su máxima expresión, deberías beberla en alguno de los jaleos durante las fiestas patronales.
La pomada de Menorca es un cóctel sencillo, refrescante y exquisito, que une e iguala a todos durante los largos veranos y las interminables fiestas, pero también más acá y más allá en el calendario.
Vamos a descubrir todo sobre ella y te aseguramos que, al terminar de leer esta nota, saldrás pitando a comprar o preparar una.
Qué es la pomada menorquina
La pomada es LA bebida de Menorca y consiste, básicamente, en un preparado de ginebra con zumo o refresco de limón. Ahora, todo tiene sus secretos y detalles: la pomada no se prepara con cualquier gin, sino única y exclusivamente con el Gin Xoriguer de Mahón, que por botánicos lleva solo enebro y se elabora con alcohol vínico, en lugar de agua ardiente de cereales, como otras ginebras.
Es refrescante, suave, deliciosa e ideal para los días de calor. Combina casi con cualquier hora y momento de día. Aunque, sin duda, más allá de su obligatoriedad en las fiestas patronales, alargar las noches, luego de ver una puesta de sol en Menorca, bebiendo pomada helada, es uno de los momentos ideales para disfrutarla.
Origen de la pomada, el brebaje más distintivo de Menorca
Como suele pasar con la mayoría de las recetas más icónicas y deliciosas, su origen tiene mucho más que ver con la casualidad, que con una estrategia o propósito concreto.
Magí Camps pasaba sus días tras la barra del bar de la antigua Estación Marítima de Mahón y mataba la rutina a fuerza de su bebida predilecta: el Gin Xoriguer. Pero sus estados de ebriedad comenzaron a traerle problemas domésticos e, intentando disimular el olor a alcohol de la ginebra, en lugar de evitarla, fue que comenzó a mezclarla con la limonada que provenía de unas máquinas antiguas tipo sifón. La presión con la que salía la limonada y se fundía con el gin, le daba una textura espumosa y liviana, por eso la llamó pomada.
Corría el año 1927 y fue tal la velocidad con la que el consumo de pomada se extendió por la isla, que la propia destilería le dio a Magí la oportunidad de patentarla. Si bien él se negó, ya que solo buscaba la paz en el hogar, actualmente es una marca registrada por Destilerías Xoriguer.
Y, aunque se hizo popular en toda la isla, es en la zona de Mahón donde se la llama pomada. En Ciutadella, le dicen gin amb llimonada y en algunos pueblos, simplemente ginet. Sin embargo, con el auge del turismo y la fama adquirida por este combinado, puedes pedir pomada en cualquier sitio de Menorca y nadie se hará el desentendido.
Dónde probar la mejor pomada de Menorca
Probablemente, no exista bar, restaurante, taberna o barra itinerante en la que no ofrezcan pomada en todo Menorca. Al menos su versión granizada, podrás encontrarla en casi cualquier lugar.
El placer es subjetivo y muchas veces no pasará tanto por la bebida en sí, sino por la compañía, el contexto o el estado de ánimo. Sin embargo, hay “verdades incuestionables”, al menos en lo que a beber pomada se refiere, y catar una en el Puerto de Mahón, es una de ellas. Allí podrás mirar la vida pasar en esa atmósfera casi de ensueño que contienen los puertos, sobre todo de ciudades veraniegas y beberte varias pomadas a la salud de Magí Camps.
Preparar pomada menorquina en casa
Si no tienes la suerte de poner los pies en esta isla o, si luego de ponerlos, te invade la nostalgia, aquí te dejamos la receta de la pomada menorquina más tradicional.
Ingredientes:
- 50 ml. de Gin Xoriguer
- 100 ml. de limonada (zumo de limón natural o limonada casera)
- Rodaja o media luna de limón (opcional)
- Menta fresca (opcional)
- Cubitos de hielo
Preparación:
Pon hielo en el vaso y la rodaja de limón. Añade un tercio del gin Xoriguer y dos tercios de limonada. Mezcla ligeramente con una cuchara larga. Decora con unas hojas de menta… ¡Y a disfrutar sin culpa!
Sin culpa pero con calma, que la pomada, además de rica, es algo traicionera. Y bajo su manto de frescor y aromas cítricos, guarda una capacidad para embriagarte, mucho más allá de la metáfora o la poesía.
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