
La Fortaleza de la Mola, también conocida como de Isabel II, es un viaje al pasado reciente de Menorca y, lo mejor, es que, por motivos que luego te develaremos, se encuentra prácticamente intacta.
Quedan pocos días de verano, pero queda mucho por disfrutar en la isla. Paseos, deportes, museos, conciertos, actividades, pueblos encantadores. Las opciones son prácticamente infinitas, aun sin contar que el calor extremo va dejando lugar a días más frescos, en los que disfrutar las increíbles playas de otra manera.
Un poco de historia de La Mola
El puerto de Mahón ha tenido una relevancia innegable, podríamos decir que desde los mismos inicios de la civilización occidental. Pero, sobre todo a partir del siglo XVI, al estar ubicado en el centro del trayecto de diferentes rutas comerciales y con un calado y dimensiones que protegen a las embarcaciones de los vientos del Mediterráneo, ha albergado a las mayores flotas que surcaron este mar.
En ambas orillas se fueron construyendo fortificaciones: la primera, en 1555, fue el Castillo de San Felipe. Más tarde, en 1708, los ingleses comenzaron a construir el Fuerte de Santa Ana de la Mola, que nunca se llegó a terminar. En 1799, añadieron dos torres al fuerte, pero la fortaleza que conocemos hoy, es obra de los españoles. Se construyó como consecuencia de las tensiones que se produjeron en el Mediterráneo, cuando Francia ocupó Argelia y la isla estaba prácticamente sin defensas.

La fortaleza de la Mola hoy
Este impresionante complejo defensivo tiene una extensión de 180 hectáreas y cuenta con una serie de bastiones y baluartes estratégicamente ubicados. Además de sus características defensivas, la fortaleza de la Mola también contiene una serie de edificios funcionales, como polvorines, depósitos de agua y cuarteles. Estos edificios están construidos con la típica piedra de Menorca, dando a la fortaleza un aspecto imponente y a la vez armonioso con el paisaje circundante. También se puede admirar la perfecta ejecución de la cantería, escaleras de caracol, gárgolas, escudos y bóvedas de arista de las casamatas, que causan impacto y admiración por igual.
Una de las cualidades de esta fortaleza es que, cuando se finalizaron las obras (1850-1870), ya había quedado obsoleta ante la aparición de nuevas armas ofensivas. Esto dio lugar a que nunca fuera utilizada como tal, lo cual ha permitido que hoy, la veamos prácticamente intacta.


Entorno natural y miradores
No solo la fortaleza de La Mola es digna de una visita, sino que, por su ubicación privilegiada, hay mucho más que admirar que su impactante arquitectura. Al haber sido construida estratégicamente en una península, ocupa el extremo más oriental de España. Esto ofrece unas vistas maravillosas del litoral de Menorca y del puerto de su capital.
Hay diferentes miradores pensados y habilitados para disfrutar del paisaje circundante, bellísimos atardeceres, punto de observación del cielo nocturno, avistamiento de aves, que están protegidas en la zona.

Actividades en la fortaleza
Además de visitarla como sitio histórico y por los paisajes naturales que la rodean, puedes realizar diferentes actividades y visitas guiadas: conciertos, festivales, carreras deportivas, espectáculos ecuestres. Incluso se pueden realizar eventos y celebraciones privadas.
Visita su WEB para conocer más detalles sobre todas las posibilidades de este icónico sitio menorquín.
En resumen, hoy en día, la fortaleza de la Mola es un importante hito histórico y turístico de Menorca. Si decides visitarla, podrás explorar sus pasillos subterráneos, admirar las vistas panorámicas desde sus miradores y aprender sobre la historia de la isla. Además, alberga eventos culturales y exposiciones temporales, que ayudan a mantener viva la historia y a que su legado trascienda los límites de nuestro pequeño territorio.
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