Cuando llegues a Menorca descubrirás una pequeña parte del paraíso en la tierra. Y te irás con un montón de recuerdos en el corazón y en las manos, solo pensando en volver. Aquí encontrarás tanto productos autóctonos, como otros que, aun no siendo exclusivos, llevan en sí el encanto de ser producidos artesanalmente y de forma única. Más allá de visitar playas increíbles, ruinas milenarias y pueblos de cuento, salir a comprar productos típicos de Menorca, es un paseo en sí mismo.
Directo al paladar (y al corazón)
Empecemos por la gastronomía, en la que se incluyen los productos típicos de Menorca que más fama acaparan: ensaimadas, quesos, sobrasada, Pomada, entre otras delicias de la isla que te dejarán “boquicerrada”, porque no querrás parar de comer y beber.
- Queso de Mahón: la historia de este queso es milenaria y se pierde en la leyenda, pero sabemos a ciencia cierta que el secreto de su sabor reside en la leche menorquina, que a su vez proviene de los pastos salinos por la cercanía del mar. Ver vacas pastando en las laderas de las suaves colinas verdes, es de lo más común en Menorca, pero no por eso deja de ser maravilloso. Y de esa maravilla está impregnado este queso con Denominación de Origen, fiel a la tradición. En cualquier rincón de la isla encontrarás granjas donde aprender sobre sus características y degustarlo, antes de elegir cuál de sus variedades te llevarás a casa.
- Ensaimadas: como pasa en muchas latitudes, la comida va ligada a las fiestas populares. En Menorca se elaboran una gran variedad de dulces que, a menudo, están unidas a la celebración de algún santo. La ensaimada es típica de todas las baleares y su origen, muy posiblemente, es árabe. Puedes probarla sola o rellena de diferentes variedades. Las más pedidas: chocolate o sobrasada con miel.
- Sobrasada: es un embutido crudo curado, elaborado a partir de carnes de cerdo ibérico seleccionadas, condimentado y embutido en la tripa del propio animal y con un largo proceso de maduración. No es autóctono de Baleares, aunque aquí adquiere características únicas, dadas por factores como el clima y el modo de producción, que la han transformado en uno de los productos más típicos de las islas. Aquí tienes un artículo de nuestro blog con mucha más información, incluso con todas las formas de comerla.
- Ginebra y Pomada: la tradición británica en Menorca es la responsable de la elaboración de ginebra en la isla, pero fue un hostelero de Mahón el creador de la Pomada, el emblema de las fiestas menorquinas. Es un combinado refrescante, pero ¡cuidado! también con alta graduación alcohólica, del que debes llevarte una botella cuando vengas de visita. Lee aquí todo sobre esta deliciosa bebida y otras emblemáticas de las Baleares.
- Vinos: la tradición vinícola, por suerte, se está recuperando en la isla. Actualmente, los vinos menorquines cuentan con el sello “Vi de la terra illa de Menorca” y, aunque se producen más tintos (sobre todo uvas Merlot y Cabernet), también hay blancos deliciosos a base de Chardonnay, Moscatel, Parellada, entre otras. Antes de comprar un vino, lo ideal es ir a descubrirlo en la bodega que lo elabora, catarlo bajo una parra y embriagarse de placer.
- Flor de sal: es la SAL GOURMET con mayúsculas por su valor no solo gastronómico sino también organoléptico. Se recoge manualmente de la capa que se forma en la superficie del agua del mar y se elabora de forma completamente artesanal. La más famosa es la de Fornells y vale la pena acercarse a este hermoso pueblo de pescadores a comprarla.
- Azafrán: una de las delicias más preciadas desde siempre. No es un producto típico de Menorca, claro está, pero en los campos de Es Mercadal, se produce uno de los mejores azafranes del mundo, ya que se elabora sin productos químicos. Si además de comprarlo, quieres ver su floración y recolección, deberás visitarnos en noviembre, que es cuando esto sucede y te maravillarás con los campos teñidos de lila.
Más allá de la gastronomía: otros productos típicos de Menorca
Avarcas: es el calzado que utilizaban los payeses para trabajar el campo y que, por su resistencia y comodidad, han trascendido a los pies de todos los menorquines y, con el turismo, a muchos pies más allá. Llevan el sello “Avarca de Menorca” y, caminar con ellas, es como pisar siempre sobre un trocito de nuestra tierra.
También puedes encontrar, hechos con la calma que caracteriza la vida en Menorca y, por tanto, con dedicación y honor a la tradición, cerámica, joyería (sobre todo plata) y productos de piel.
Más allá de lo que elijas comprar, visitar las granjas donde producen quesos, catar vinos en bodegas, ir a los mercados de los pueblos, será otra manera de descubrir y conocer los productos típicos de Menorca, pero también su gente y sus tradiciones que, a fin de cuentas, es una de las experiencias más enriquecedoras al viajar.
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